Anhelamos la claridad en la vida

El caos puede surgir de la nada y sorprendernos incluso antes de que sepamos qué nos golpeó. Como la vez que se suponía que Marilyn y yo debíamos abordar un avión con destino a Antofagasta, Chile, desde Miami, pero descubrimos que la aerolínea estaba en huelga. Para empeorar las cosas, ninguna otra aerolínea aceptaría nuestros boletos porque Braniff Airlines no los respaldaría para el pago. Cientos de personas se encontraban en nuestro mismo dilema. Sus rostros revelaron que estaban desconcertados, frustrados e incluso enojados. Todavía recuerdo la sensación de impotencia cuando me di cuenta de que estábamos estancados. La impotencia apenas describe el sentimiento cuando no tienes respuesta.

Mi lista de experiencias caóticas podría seguir y seguir como la suya porque la vida a veces está fuera de nuestro control. Cuando nos suceden esas cosas indeseables y no podemos detenerlas, experimentamos una variedad de emociones negativas. Solo cuando le entregamos este problema a Dios, Él nos ayuda a encontrar una solución. Nos saca de nuestra confusión cuando confiamos en él, como lo ha hecho muchas veces por nosotros.

Experimentamos poderosas emociones negativas durante y después de un evento traumático que pueden causarnos pensamientos intrusivos y dolorosos durante mucho tiempo. El dolor del evento puede reproducirse en nuestro cerebro como un video que se repite una y otra vez. Necesitamos a alguien que nos ayude a resolverlo todo. Anhelamos la claridad en la vida, la capacidad de dar sentido a sucesos aparentemente sin sentido. Algunos de nuestros peores recuerdos pueden tener que ver con relaciones rotas debido a muerte, divorcio, conflicto u otros problemas. A veces no sabemos cómo reparar a las personas quebrantadas, pero Dios sí. Necesitamos ayuda para solucionarlo todo. Uno puede redimir nuestras vidas rotas y darle sentido al caos. Él es Jesús el Redentor. Jesucristo puede convertir el caos en significado y propósito. El caos con frecuencia proviene de nuestro pecado o de los errores de otros. Dios, sin embargo, se especializa en convertir el caos en algo con significado cuando le pedimos su ayuda.

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